domingo, 26 de septiembre de 2010

JUSTICIA POR MANO PROPIA

MMMM 

JUSTICIA POR MANO PROPIA

Una inmensa gorda en jogging es empleada como voluntario ariete para tumbar la puerta.
Llueven piedras del “mejorado” sobre las cabezas de  justicieros y ajusticiados.
La oxigenada del piercing clama, chilla y renueva una y otra vez su dramático llanto ante el camarógrafo de turno.
Siguen lloviendo cascotes.
Uno de gorra al revés y bermudas entra en frenesí cuando se ve captado por la lente y azota como un autómata un cacho de manguera contra  el 4 L inerte y descascarado.
El de Chacarita descubre que con su aerosol genera fuego y no hay sillón de cuerina que se salve.
El grandote de sudadera L.A. Lakers, tumba y arrastra la heladera y, cada tanto, salta de modo simiesco, mirando con gesto adusto y orgulloso la cámara de TV, que da cuenta al mundo de su liderazgo justiciero, barrial y destructor.
El fuego del de Chacarita se expande. Torsos desnudos, barrigas hinchadas y sudorosas, tatuajes de vírgenes, maradonas y corazones alambrados de púas.
Aparece la policía y bajan del móvil cuatro numerarios que caminan sin querer llegar nunca.
Puteadas, puteadas y cascotazos, la rubia oxigenada renueva su pasión. Dos vecinas la secundan superponiendo sus gritos y blandiendo una foto de la víctima que posa detrás de una torta.
Los numerarios son arrinconados y no les alcanzan las manos para atajarse.
Siguen lloviendo piedras.
El de Chacarita descubre el móvil, y lo incendia con su aerosol.
Se asoma el victimario y levanta su dedo mayor. Todo arde. Arde la casa, arde el móvil, arden los ojos, arde el victimario, arde la garganta de la oxigenada. La jornada de justicia quedará para la historia.
Vamos a la pausa.

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