miércoles, 9 de marzo de 2011

música y afectos


Música y amigos:  En la madrugada del viernes se me ocurrió….. no, no se me ocurrió “se me salió” como salen algunos cuentos,  un deseo por compartir la agradable sensación que me provocaba el escuchar un disco de esos “guardados en no sé que cajón de los sentimientos”. Se trataba –como pudo aleatoriamente tratarse de cualquier otro- de “Jazz”, aquel disco de Queen que –confieso- no es para nada mi disco favorito de la Banda, sino más bien fue en su momento motivo de mi enojo por las expectativas puestas en él cuando lo tuve por vez primera en mis manos y una suerte de decepción tras escucharlo. Sin embargo esas melodías ya remotas en mi cabeza, lograron transportarme por un mágico instante a través de sensaciones placenteras, casi diría reminiscentes. Y “aparecieron” mis amigos… asociados inevitablemente, como cuando entramos a una casa y percibimos el aroma particular de “esa casa”, de aquella –quizás no la misma- que a veces frecuentábamos y que perdimos (¿perdimos o será que guardamos en los “libros de la buena memoria”?).  Pues bien: tiré –disfrazado de patético dictador- mi botella al mar de los afectos y en este confuso momento de mi vida-viaje  supe, para mi al menos momentánea paz, que “por ahí” andan ellos. Los míos. Los que me acarician el corazón. Sirvió “Jazz”. Te debo una “Jazz”.