domingo, 29 de abril de 2012

light my fire


ENCENDEDORES

Los encendedores portan la muerte súbita.

Se agotan interiormente –como si nos fuera un absurdo imperativo “controlar lo que les queda” en momentos de descontrol-.

Se traban y endurecen irremediablemente (y albergo casi certeras sospechas de que lo hacen cuando no hay de sus pares)  –como si sus arbitrarias trabas fuesen previsibles a un compulso-.

Portan una muerte súbita y traidora, taiwanesa, china o argentina (¿qué me importa?). No merecen, ni por asomo,  ser defendidos ante mis amigos en amables reuniones.

Sí merecen mi total desprecio, por “fallutos”.

Y en mi caso particular, cosechan lo que siembran: el tacho más cercano o el revoleo sin destino.

¿Me das fuego…?