No puedo dormir boca arriba.
Me asaltan los demonios.
Pero he notado algo aún más espantoso.
Han invadido el territorio de mi día.
Subrepticiamente, en el momento menos pensado,
Se presentan, y me toman.
Entonces profiero frases cínicas.
Y arruino los momentos, con doloroso placer.
Pierde la alegría … pierdo la batalla.
Busco explicaciones y sólo he concluido…
“No vueles de noche”.-
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