- No creo que Ustedes me crean, pero créanme que si me creyeran lo que creo que ocurrió, dirían “no lo podemos creer”.
- Lo que Usted dice no nos dice que así haya ocurrido. Por lo tanto, a menos que lo dicho por Usted sea dicho por alguien más, este Tribunal diría que su situación es irreversible. Está todo dicho.
- Créanme que me tienen que creer.
- Lo sentimos. Lo dicho, dicho está.
Los que tenían que aparecer, aparecieron. Pero su aparición fue tardía.
El problema de las soluciones extremas, es que se llega a un extremo que no tiene solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario