Un tipo
“desapareció” voluntariamente de Facebook. No encuadra en la figura del
“desaparecido-mártir”, ya que no es lo segundo. Su desaparición fue “a
propósito”, fue “voluntaria”, fue “interesada” por la prudente conveniencia de
no hablar de más –su típico e incorregible crimen- y por un, engorroso de
explicar, impulso o necesidad de verse de nuevo a solas, con su no muy
grata compañía.
Cuando
tomó la decisión bromeó para sí que se trataba del “ensayo virtual” de la
muerte. Una muerte “moderna y social”.
Hoy
comprueba lo exitoso del ensayo. Hoy es
un Fantasma. Un Fantasma social.
Como tal, como Fantasma, como Fantasma novato,
comprueba además un ¿Mito?: “Los
Fantasmas tienen inclinación por jorobar a sus ex compañeros de ruta, a los que
permanecen vivos”.
Es nuevo en
esto. No puede aseverar aún, que lo hacen impulsados por melancólicas
“saudades”, por malas intenciones, por
cándida picardía, por aburrimiento (no
ha dado con otros Fantasmas para
despuntar el vicio de la conversación -parece que el Fantasma y su soledad son
esencialmente inescindibles-), por
inconfesables y quizá hasta oscuros “asuntos pendientes” en el mundo real (ello
en el caso de haberse tornado Fantasmas contra su voluntad) o por una
conservadora vocación de aferrarse a lo que ya pasó, a lo que fue, a lo que
fueron sus días “reales” junto a sus seres “reales”.
Lo inicialmente afirmable, a esta altura de su
breve experiencia, es que “les seduce hincharles las pelotas a los vivos”.
Es tan solo
un “ensayo virtual” –se recuerda y sonríe con displicencia ya algo y
contradictoriamente incómoda- apenas a
un par de clicks de la vuelta a la vida, del hacerse social, de la
Resurrección. Más es Fantasma, Fantasma tramposo, Fantasma “con vuelta”,
Fantasma caprichoso o experimental… pero Fantasma al fin. Desteñido Fantasma
habitante de un Limbo. Temeroso Fantasma, de encontrarse con aquel que fue su
causa y hallarlo vacío. Fantasma adivinando un Desierto. Fantasma aún curioso. Fantasma de quién hasta
se jactó de su rico y solitario Oasis/Espejismo.
Un tipo “desapareció” de lo social, más fue
sin riesgo. Millones avanzaron más allá. Durante todos los años que han pasado.
¿A qué lugar
fueron a dar sus furias?. ¿A dónde sus amores, sus promesas?. ¿Qué espacio
guarda sus traiciones y esperanzas? ¿Qué zona ocupan sus noblezas y
abyecciones?. ¿Algún gesto casual, pero imperdible?.
No existe
Lápida, ni Piedra, ni Ceniza, que hayamos concebido todavía.
Existen los
Fantasmas, los reales, “hinchando las pelotas” de los vivos.
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